“Cualquiera que sea tu historia, bienvenido. Has emprendido un largo viaje hacia la honestidad sexual y la revelación personal. Puede ser un camino arduo, pero es el único modo de conseguir lo que deseas. En el decurso, te parecerá que hay un montón desalentadoramente grande de conocimientos que aprender; no te deseanimes. El Amo más perverso del mundo, la Dómina más imaginativa, empezaron igual que tú hoy: curiosos, excitados y algo inseguros.”
Pat Califia,
“SM. Los secretos del sadomasoquismo”

jueves, 12 de septiembre de 2013

¿Qué están haciendo?

Josep Lapidario- (Lamentablemente el link donde estaba no existe mas)


De niño padecí rachas de pesadillas horribles, así que adquirí la costumbre de acostarme tarde y vagabundear por casa mientras se me creía dormido. Una noche me aposté en la entrada del salón mientras mi hermano veía una peli de madrugada… Un tiempo más tarde me enteraría de que era la película de culto After Hours, de Martin Scorsese, tristemente traducida en España como Jo, ¡qué noche! El argumento me pareció confuso pero apasionante: un pobre hombre perdido en la noche neoyorquina trata desesperadamente de volver a casa, mientras se encuentra por el Soho con gente de lo más variopinta.
Una escena en particular me dejó completamente impresionado… Al entrar en casa de una amiga (interpretada por Linda Fiorentino), el protagonista se la encuentra amordazada y atada a una columna. Convencido de que ha sido víctima de un robo, empieza a desatarla apresuradamente, sin entender por qué sonríe de oreja a oreja. De repente, un ruido le hace girarse… Y, frente a él, ve a un tipo vestido de cuero, con una fusta en la mano y una mirada asesina en la cara.
"¿Qué están haciendo?", pregunté en ese momento en voz alta, sin entender nada pero curiosamente complacido por la escena. Mi hermano se sobresaltó al darse cuenta de que estaba en la sala, se echó a reír a carcajadas y contestó: "Nada, están jugando", y me llevó inmediatamente a dormir.
Durante los años que siguieron fui entendiéndolo todo poco a poco, aprendiendo en qué consistían esos "juegos" y su subtexto erótico-festivo, dándome cuenta de que respondían de forma intensa y profunda a mi propia sexualidad… Hay quien experimentó su epifanía sadomasoquista con dramas eróticos como la Belle de Jour de Luis Buñuel o Histoire d’O de Pauline Réage; que mi bautizo tuviera lugar, en cambio, con una comedia de Scorsese tal vez explique muchas cosas de mi absurda vida posterior.
Es habitual oír la expresión perder la inocencia relacionada con este tipo de satoris psicosexuales, pero a mí me resulta incomprensible. ¿Por qué se considera una pérdida el hecho de adquirir un mayor conocimiento, o al menos una nueva vía de investigación vital?
He intentado mantener toda mi vida la misma actitud que el crío que fui: cuando veo a gente disfrutando de cualquier actividad erótica que no sé identificar pero que parece placentera, investigo hasta comprender de dónde extraen su gratificación y cómo podría yo participar en su juego. Tengo la suerte de estar en una posición que me permite conocer de primera mano muchas de estas situaciones, al ser asiduo (y, en un caso, cofundador) de varios locales y asociaciones barcelonesas BDSM-friendly yswinger-friendly. Allí suelo hablar e intercambiar ideas, opiniones y (si se tercia) fluidos tanto con gente con quien comparto la afición al encordamiento erótico como con personas que me sorprenden con nuevas y exóticas formas de ver la sexualidad.
Cuando el doctor Krafft-Ebing escribió su Psycopathia Sexualis en 1886, hubo quien se sorprendió y horrorizó de la enorme variedad de fantasías, fetichismos y sexualidades alternativas que salieron a la luz. Cuánta miopía… De las muchas definiciones de pervertido, mi preferida es: "Alguien que disfruta del sexo más que tú". Desde esa perspectiva no tengo la sensación de haber perdido la inocencia: eso sería tan presuntuoso como afirmar haber explorado todos los océanos chapoteando con un flotador. Siempre quedarán islas remotas por descubrir, perversiones que alimentar, insospechadas técnicas sexuales por dominar. Y para descubrir la belleza y el erotismo más ocultos e inesperados es necesario no haber abandonado cierta ingenuidad inquisitiva que permita preguntar candorosamente y en voz alta…: "¿QUÉ ESTÁN HACIENDO?".


No hay comentarios:

Publicar un comentario