“Cualquiera que sea tu historia, bienvenido. Has emprendido un largo viaje hacia la honestidad sexual y la revelación personal. Puede ser un camino arduo, pero es el único modo de conseguir lo que deseas. En el decurso, te parecerá que hay un montón desalentadoramente grande de conocimientos que aprender; no te deseanimes. El Amo más perverso del mundo, la Dómina más imaginativa, empezaron igual que tú hoy: curiosos, excitados y algo inseguros.”
Pat Califia,
“SM. Los secretos del sadomasoquismo”

jueves, 23 de mayo de 2013

La convención DomConLA o DomCon de Los Ángeles


Éxtasis en la DomCon, la Feria del Sadomasoquismo en Los Angeles



MÉRIDA, Yucatán, 12 de mayo.- La convención DomConLA o DomCon de Los Ángeles reúne a los amantes del BDSM (Bondage, Disciplina, Dominación y Sumisión) y otros fetiches sexuales. Comenzó en el 2003 y cada año reúne a más seguidores del Marques de Sade, dispuestos a llevar a la práctica sus fantasías sexuales.
Las prácticas del grupo son subversivas y se discute hasta dónde debe llegar el respeto a la diversidad.
Por eso la DomConLA es cubierta con incomodidad por los medios.
Para mayor información, ver http://www.domconla.com/
Según el Kinsey Institute, en su reporte de 1990, del 5 al 10% de los estadounidenses han practicado sadomasoquismo sexual al menos una vez. Una encuesta del Dr. Marty Klein para Playboy, de 1998, reportó que un 49% de los hombres y 38% de las mujeres han fantaseado con el sadomasoquismo, mientras que Hunt (1974) informa que el 4.8% de los hombres y 2.1% de las mujeres han tenido placer sexual al infligir dolor a otro y el 2.5% de los hombres y 4.6% de las mujeres han tenido placer sexual al recibir dolor.
Sobre el sadomasoquismo, la Revista Don Juan publica un estudio amplio de Martín Lanzón:
El inmenso éxito de Cincuenta sombras de Grey, la novela sado-rosa de la inglesa E. L. James, ha hecho que la felicidad en la esclavitud parezca una idea nueva. Muchas voces están escandalizadas porque en esta trilogía la protagonista se presta voluntariamente a ser la esclava sexual de un hombre.
Michael Lugos acaricia a Dalbin, quien cuelga de unas sogas, en la DomConLa 2013. (David McNew / Getty Images)
Una mujer azota a un masoquista en una dungeon party, ayer, 11 de mayo. (David McNew / Getty)
En realidad, esta novela puede ser la confesión de muchas mujeres, en dos sentidos: por un lado, por fin una mujer confiesa que acepta con una sensual docilidad los reclamos que los hombres siempre le han hecho -y reclamado- al género femenino: que ellas permitan que todo sea sexo, incluso hasta su espíritu, y que se dejen alimentar, vestir, lavar y maquillar sin emitir juicio alguno, y tener un amo que las controle y las posea, si es necesario con un látigo en la mano. Aunque por otro lado este sadomasoquismo sexy del siglo XXI también representa una expresión que la literatura erótica ha anunciado hace siglos: la posibilidad de una esclavitud que libere.
En un mundo que pregona la libertad como un valor supremo, ¿acaso no es libre el que decide qué hacer con su vida? Queramos o no, la búsqueda de la libertad puede ser sórdida. Las prácticas sexuales sadomasoquistas pueden ser vistas como conductas enfermas, sin embargo, las relaciones consensuadas no implican patologías; son enfermos mentales los que gozan al realizar actos de crueldad, dominio o humillación sobre personas que no prestan su voluntad ante semejantes actos.
La serie verde: La mujer de atrás inflige dolor, no vemos cómo, a la que abre la boca en un concurso en una dungeon party en la DomComLA, el 10 de mayo. (David McNew / Getty Images)
Mujer besa las botas de su amo. Todo es voluntario, todos están de acuerdo y disfrutan la perversión. (Getty)
La Bondage Convention hubiera encantado al Divino Marqués. (AFP)
El hombre masoquista más feliz: encadenado, ojos vendados, pinzas para ropa en las tetillas, el pie de la dominatrix sobre la espalda. (AFP)
El sadomasoquismo es -quizá- uno de los aspectos más oscuros de la sexualidad humana, pero resulta importante comprender que no se trata de una enfermedad: es una forma de placer elegida con libertad por los individuos que lo practican.
El término sadismo deriva del escritor francés Donatien Alphonse François de Sade, más conocido como el Marqués de Sade, que con su literatura extrema y de un violento contenido sexual desafió a la moral y promovió una sublevación de todos los valores establecidos con novelas como Las 120 jornadas de Sodoma, en la que cuatro poderosos libertinos, por medio de un desenfreno sexual pocas veces visto en la literatura, terminan por completar un gigantesco catálogo de perversiones mientras escuchan las perversas hazañas de cuatro prostitutas expertas en el arte del sexo y la perversión; oJustine o los infortunios de la virtud, en el que Sade profundiza su proyecto filosófico y encuentra en las terribles vejaciones a las cuales es sometida la casta Justine una forma de declarar el triunfo absoluto del vicio sobre la virtud.
Tacones de estilete. Sentado, un hombre con los ojos vendados espera ansioso que le den de latigazos. (AFP)
Para los fetichistas, los zapatos y botas de cuero son las prendas más socorridas. (AFP)
Calzado para la mujer sádica. (AFP)
El masoquismo es el complemento ideal de las prácticas sádicas, una búsqueda del placer que está dada por el regocijo de ser víctima de actos de crueldad y de gozar de ser dominados. Es por medio del dolor que alcanzan su satisfacción. La denominación también proviene de las letras de un escritor contemporáneo al marqués, Leopold von Sacher-Masoch. Su obra más conocida es La Venus de las pieles que cuenta la tormentosa historia de amor de Severin y Wanda.
El protagonista, enamorado de Wanda, suplica ser su esclavo y exponerse a las peores vejaciones físicas y morales. El dolor de los azotes, la crueldad y la tiranía de Wanda sirven para enardecer de pasión a Severin que instiga a su amor a serle infiel para poder sentir en la más profunda humillación moral un completo disfrute, porque la infidelidad ante sus propios ojos es el castigo más extremo que pueda imaginarse para sí mismo.
En La ética de la crueldad, un excelente ensayo escrito por José Ovejero y editado por Anagrama, se hace un análisis de otra novela clave en la literatura sádica: Historia del ojo, de George Bataille. No vamos a encontrar en esta novela geniales pasajes de gimnasia erótica o excitantes descripciones pornográficas, sino más bien un paseo por las sucesivas transgresiones sexuales de la joven Simona, que no deja ninguna norma por demoler.
La historia es una búsqueda de los dos protagonistas en rebelarse contra cualquier prohibición y no tienen ningún recelo en fascinarse con prácticas sexuales prohibidas, en regocijarse en los más bajos fluidos humanos así como destruirse a sí mismos y disfrutar al humillar, enajenar y llevar al suicidio a Marcelle, o asesinar a un cura luego de haberlo obligado a tener relaciones sexuales en la misma iglesia, de haberlo doblegado al máximo y de haberlo humillado hasta la muerte.
Bataille vuelve sobre algo que Sade había comenzado: una búsqueda extrema por la libertad en la cual no hay más límites que la muerte, y es en este camino en el que el sadismo se mueve a sus anchas. La literatura pone frente a nuestras propias narices que la libertad tiene un costo muy duro ya que la virtud no lleva más que a un horrendo fin como a la Justine de Sade, y entonces vale usar al sexo como un programa de redención que se vuelve una amenaza contra la sociedad: no arrepentirse, gozar sin límites, sin consideración y sin temor porque el pecado ya no existe.
La convención anual comenzó en 2003, cuando la fetiche profesional Mistress Cyan decidió reunir a los entusiastas del BDSM (Bondage, Discipline, Dominance/Submission, and Sadomasochism). (AFP)
Amarrada quedas a merced de la voluntad del otro y de ahí la fuente del placer. (AFP)
Una masoquista amarrada disfruta el dolor. (AFP)
En la convención se vende toda la parafernalia útil para la escenificación. (AFP)
Máscaras, collares de perro y sombreros. (AFP)
La fascinación por la violencia sexual, el sometimiento, el dolor y la pérdida de la soberanía individual es tratada en la excelente novela de Pauline Reage,Historia de O, allí se narran las vicisitudes de Odeline "O", una hermosa parisina, fotógrafa de moda, que es llevada por su amante al castillo de Roissy, allí una sociedad secreta la inicia en el rito de la sumisión y esclavitud sexual, y es sometida sexualmente en grupo, o individualmente por extraños, sin posibilidad de negarse. "O" acepta todo por amor a su amante y encuentra en la pérdida de su voluntad un placer que, luego de cincuenta años de haber sido editada la novela, continúa siendo perturbador.

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