La vida de los hombres infames

En 1977 Michel Focuault publica «La vida de los hombres infames» en la revista Les Cahiers du chemin. Este artículo va a tener un éxito importante a la vez en literatura, historia y ciencias humanas, pero también por el lado de las artes plásticas y del espectáculo. Escrito tras la publicación de Vigilar y castigar y La voluntad de saber, este texto demuestra una vez más el interés de Foucault por lo que él llama «el rugido de la batalla». El artículo se presenta como el prólogo de un futuro libro en el que se reunirán, a partir de los archivos del encierro, las lettres de cachet, las historias minúsculas de todos los que se encontraron un día atrapados en las redes del poder. Se trataba de crear una verdadera «antología de existencias» que hubiera podido extenderse eventualmente a otros tiempos y lugares. El texto permite ver y oír los encuentros, a menudo dramáticos, a veces poéticos, entre los hombres ordinarios y el poder. Encuentros que tienen tanta más fuerza cuanto el segundo no se limita a «vigilar, espiar, sorprender, prohibir y castigar», sino que además «incita, suscita, produce»; que «no es simplemente un ojo y un oído», sino que «hace actuar y hablar». Para Foucault, el «hombre infame» es antes que nada el hombre sin reputación, el hombre corriente y moliente a quien los focos del poder sacan por un instante de su obscuridad. En esta lucha contra aquello que lo oprime el hombre infame alcanza «el punto más intenso de su vida».